Te cuento en un lenguaje comprensible lo que hacen los científicos de puertas para adentro para entender tu cerebro. Aprende algo nuevo cada día con mis entrevistas a investigadores de todo el mundo.
A nuestro organismo le gusta la ley del mínimo esfuerzo. Nuestro cerebro no es una excepción. Por ejemplo, cuando procesamos la información de nuestro entorno, nuestras neuronas se hablan entre ellas y se envían mensajes específicos. Pero cada vez que nos exponemos a una misma información, nuestras neuronas no empiezan de cero, esto sería demasiado caro energéticamente.
¿Es posible recordar algo sin haberlo memorizado conscientemente? Por ejemplo, ¿podemos recordar los sonidos o las imágenes de un anuncio publicitario sin procesarlos conscientemente? Antes de responder, es importante entender lo que es la memoria de trabajo.
Nuestra memoria es nuestra identidad, nuestra historia. ¿Qué queda de nosotros cuando no recordamos? La memoria, un concepto con el que todos estamos familiarizados, no deja de ser un misterio para la comunidad científica.
Empecemos con un pequeño ejercicio de razonamiento. Un viernes del mes de agosto. Un amigo me llama y me propone ir a la playa al día siguiente. Es verano y la probabilidad de precipitación es baja. No obstante, estamos en Burdeos así que nunca se sabe. Contesto que me apuntaré si hace buen tiempo. El sábado, mi amigo y yo estamos en la playa. ¿Hace buen tiempo? Veamos qué nos dice la lógica.
¿Quieres aprender a hablar un nuevo idioma? ¿Te gustaría tocar algún instrumento musical? ¿Tienes que estudiarte el código civil o sacarte unas oposiciones? Si te encuentras en un proceso de aprendizaje importante, quizá te interese saber lo que tu cerebro opina al respecto. Seguramente habrás escuchado que el aprendizaje es el arte de la repetición. Pero, ¿tiene base científica esta afirmación?
¿Por qué cambiar algo que funciona bien? En principio no hay ninguna razón para hacerlo. Pero ¿realmente nos planteamos si las cosas funcionan bien? Cuando uno llega nuevo a un sitio (por ejemplo, cuando uno se incorpora a un nuevo trabajo) lo más normal es observar cómo se comportan los demás y hacer las cosas de la misma forma, aceptando implícitamente la premisa de que lo que lleva un tiempo repitiéndose de la misma forma debería funcionar bien. ¿Qué ocurre si nadie (ni tú, ni el que llegó antes que tú, ni el anterior) se ha cuestionado nunca sobre el funcionamiento las cosas? ¿Qué ocurre si se perpetúa una práctica que no tiene ningún fundamento?