Te cuento en un lenguaje comprensible lo que hacen los científicos con sus probetas y sus tubos de ensayo para entender cómo funciona tu cerebro. Aprende algo nuevo cada día con nuestros artículos y nuestras entrevistas a científicos de todo el mundo. Cada artículo tiene muchas horas de trabajo. Primero tengo que leer mucho sobre un tema. Luego tengo que ser capaz de explicarlo para que cualquier persona, experta o inexperta, lo entienda. También tengo que contactar a los científicos y preparar las entrevistas. Y por último tengo que transcribirlas y traducirlas para publicarlas en español y en versión original. Es mucho trabajo, pero lo hago con gusto porque es apasionante. Pero lo es más cuando puedo compartirlo. Así que si te gusta el contenido y quieres ayudarme a crecer un poquito, solo te pido una cosa: compártelo con tus amigos y enemigos. Lo sé, da pereza, ¡pero es gratis! Y cada vez que lo compartas el mundo será un lugar un poco más feliz.
🇪🇸 🇬🇧 | Hay un hecho indiscutible: a la gente le gusta el porno. Y la gente está de suerte, porque gracias a la triple A - accesibilidad, asequibilidad, anonimidad - la pornografía está a la mano de todos (y nunca mejor dicho). Solo en 2019 hubo 42.000.000.000 visitas a una de las webs de pornografía más conocidas en todo el mundo, lo que equivale a 115 millones por día (Pornhub, 2019). En otras palabras, es como si cada día la totalidad de las poblaciones de España y de Francia juntas visitaran la web.
🇪🇸 🇬🇧 | En el estudio del comportamiento humano, es inevitable pasar por experiencias in vitro, o estudios con células, tejidos u órganos. Incluso a veces es necesario pasar por modelos computacionales. La neurociencia puede tener numerosas ramificaciones que abordan diferentes aspectos de la conducta.
🇪🇸 🇫🇷 | Tal vez la única diferencia entre las demás personas y yo es que yo siempre exigí más de la puesta de sol. Colores más espectaculares cuando el sol llega al horizonte. Tal vez ese sea mi único pecado.
Los humanos somos capaces de proyectar nuestro futuro y tomar decisiones en función del mismo. A (casi) nadie se le ocurre beberse un vaso de lejía para empezar el día con fuerzas ya que (casi) todos sabemos que es una idea estúpida. Aunque no la hayamos probado, somos capaces de imaginar los resultados futuros tras ingerir esta sustancia. En el caso de la adicción, algunas personas mantienen ciertos comportamientos a pesar de que éstos producen claros efectos adversos.
¿Alguna vez se te han presentado varias opciones y has tomado la peor decisión posible deliberadamente? No estás loco. O sí. Pero no estás solo. Imagina que tienes frente a ti dos juegos de azar: la máquina A te permite ganar una de cada diez veces y la máquina B una de cada cinco veces (pero todavía no lo sabes). Tras jugar varias veces, comienzas a entender que es más probable ganar con la máquina B, por lo que la decisión óptima es jugar únicamente en esta máquina.
A nuestro organismo le gusta la ley del mínimo esfuerzo. Nuestro cerebro no es una excepción. Por ejemplo, cuando procesamos la información de nuestro entorno, nuestras neuronas se hablan entre ellas y se envían mensajes específicos. Pero cada vez que nos exponemos a una misma información, nuestras neuronas no empiezan de cero, esto sería demasiado caro energéticamente.